martes, 29 de diciembre de 2009

ADQST Capítulo 01.- El Reencuentro



Code: Lyoko y sus personajes son propiedad de MoonScoop y France 3.

Notas previas: Como no sé si alguien ajeno a esta serie va a leer esto quiero aclarar que la casa de Aelita y Franz Hopper se llama originalmente ‘Hermitage’ así que he decidido conservarlo, el nombre en la serie no tiene ninguna connotación religiosa igual que no la tiene en este fic.

ANTES DE QUE SEA TARDE

Por Natsumi Niikura

El reencuentro

Después de que X.A.N.A. fuese derrotado y apagasen el superordenador la vida para los guerreros de Lyoko se había vuelto pacífica. Ya sólo tenían que preocuparse de sus estudios en Kadic. Y con el tiempo sus caminos empezaron a distanciarse.

Yumi regresó a su Kyoto natal con la excusa de completar sus estudios, aunque en realidad se marchó con la esperanza de poder olvidar a Ulrich o tal vez de hacerle reaccionar. Odd fundó un grupo de música y era bastante difícil seguirle la pista con tantas giras eso sin contar con su manía de no revisar su correo electrónico. Aelita y Jérémie por su parte se habían casado y ahora se afanaban en el diseño de un programa informático revolucionario basándose en los datos conseguidos por Franz Hopper. Ulrich se dedicó por completo a las artes marciales y ahora trabajaba como instructor en un prestigioso dojo. En cuanto a William…

Viendo la situación en la que se encontraba la relación entre Yumi y Ulrich decidió que era un buen momento para mover ficha, así que se trasladó a Kyoto donde inevitablemente se topó con ella y claro, hubiese sido idiota de no haber aprovechado la oportunidad de hacerse el perdido en mitad de una ciudad desconocida.

Las luces de la urbe se extendían bajo el avión procedente de Kyoto. Yumi se estiró en su asiento y cerró el libro que leía, tantas horas de vuelo estaban acabando con ella. La voz de una de las azafatas les avisó de que pronto aterrizarían y que debían abrocharse los cinturones.

En el aeropuerto Jérémie, Aelita, Odd, Sissi y Ulrich esperaban el vuelo en el que llegaría su compañera. La chica de pelo rosa estaba muy inquieta, echaba en falta a su buena amiga y con sólo pensar que pronto volvería a estar allí se emocionaba. El resto mantenía la calma menos Sissi que no entendía que estaba haciendo allí si la japonesa y ella siempre se habían llevado mal. Ulrich parecía tranquilo, pero la verdad es que estaba muy nervioso ¿Qué pasaría cuando se reencontrasen? ¿Seguiría siendo su mejor amiga? ¿Aún sería aquella chica que le había robado el corazón?

—¡Mirad! ¿No es esa Yumi? —exclamó de repente Aelita.

—¿Dónde? —dijo Odd poniendo su mano a modo de visera.

Aelita señaló a la izquierda y los ojos de Ulrich siguieron la dirección indicada, cerca de la cinta transportadora donde iban apareciendo progresivamente las maletas, la joven japonesa se acomodaba tras la oreja un mechón rebelde de su ahora larga cabellera.

Había cambiado mucho en aquellos años, su aspecto era más femenino y no sólo por el peinado, su ropa también era más femenina y sensual. El ceñido jersey rojo remarcando sus curvas, unos vaqueros informales y algo rasgados y unas botas sin tacón formaban parte de su nuevo atuendo.

Yumi sonrió al reconocer la cabellera rosa de su amiga y se apresuró a reunirse con sus compañeros, Aelita se adelantó y la abrazó con fuerza.

—Hola chicos, me alegro de volver a veros —dijo sonriéndoles.

Abrazó a todos sus amigos, incluida Sissi, al menos por su parte sus diferencias con ella habían quedado en el pasado.

—Es una lástima que Ulrich no lograse dar con William —dijo de repente Jérémie.

—¿Cómo? —replicó con sorpresa Yumi.

—Sí, Ulrich estuvo llamando durante semanas ¡qué digo semanas! ¡Meses! —Odd movió teatralmente las manos dando énfasis a sus palabras— y nada de nada.

—Pero si William…

—Oye Yumi… ¿traíamos alguna maleta más? —William se detuvo en seco al ver al grupo de amigos del Kadic, ahora comprendía por que había decidido volver tan de repente. Yumi negó con la cabeza a su pregunta y él miró desafiante a Ulrich—. Hola chicos, cuanto tiempo sin vernos.

—Vaya William me alegro de que Yumi te encontrase —Odd palmeó su espalda amistosamente.

—Fue fácil viviendo bajo el mismo techo, tarde o temprano acabaríamos encontrándonos.

“Bajo el mismo techo” esas palabras causaron la sorpresa de todos y algo se removió en el interior de Ulrich. Creía tenerlo superado pero la revelación había caído como un bomba sobre él, siempre tuvo la sospecha de que si le dejaba espacio William se espabilaría para ocupar su lugar, al parecer no se había equivocado.

Odd carraspeó incómodo, el ambiente estaba demasiado tenso.

—Va-vaya Yumi qué colorida vienes.

—Oh… ¿te gusta?

—Disculpa —Sissi se interpuso entre ellos claramente celosa.

Aelita decidió actuar antes de que a alguien le diese por cometer un asesinato, lo más sensato sería no juntar a William y Ulrich ni a Yumi y Sissi en el mismo coche y Odd comprendiendo la expresión de la que una vez fue su prima se encargó de solucionarlo todo.

El paisaje urbano fue dando paso a la villa donde habían pasado media vida. El bosque se extendía majestuoso a las afueras donde se encontraba su destino.

‘Hermitage’ el cártel de la verja les dio la bienvenida, Aelita y Jérémie habían hecho un excelente trabajo de restauración, parecía una casa nueva.

Dentro hicieron reparto de las habitaciones Odd y Sissi compartirían la del fondo del pasillo, Yumi enarcó una ceja con la oferta de compartir cuarto con William, la japonesa se negó, algo que Aelita no comprendió, la instaló entre las habitaciones de Ulrich y William.

Tras desempaquetar todas las cosas las dos chicas se apresuraron a ponerse al día de todo los que les había ocurrido en aquellos dos años en los que no se habían visto. En vista de que la japonesa empezaba a dormirse a causa del jet lag bajaron a la cocina a tomar café. Aelita buscaba el modo de abordar el tema que realmente quería sacar, le preocupaba como pudiera tomárselo, aquello siempre sacaba su lado susceptible. Se armó de valor y se lanzó a satisfacer su curiosidad.

—¿Ya habéis hablado? —la japonesa la miró con cara de no comprender— Ulrich y tú.

Soltó la taza de café y se apoyó en el mármol de la cocina, realmente no comprendía a que se refería su amiga.

—Me refiero a William.

—No sé por que tendría que hablar con Ulrich sobre William —suspiró más incómoda que molesta—. Él no me habla de todos sus amigos.

—Mujer, no es lo mismo…

—Sinceramente, Aelita, no sé a donde quieres llegar.

—No es lo mismo un amigo que un novio.

La morena rió con todas sus ganas tomando de nuevo su humeante taza de café, miró a Aelita divertida.

—Es un malentendido —sonrió—. Me encontré con Will casualmente, estaba perdido en mitad de Kyoto, le propuse compartir piso —la del pelo rosa asintió al comprender la situación—. Y eso es todo.

—¡Eso es genial! Tienes que decírselo a Ulrich.

Yumi negó con la cabeza y se marchó dejando sola a su amiga. ¿Qué les había dado a todos con su amistad con William? ¿Y por qué diablos tenía que darle explicaciones a Ulrich? Si quería saber algo que se lo preguntase ¿acaso se había olvidado de cómo se hablaba? Si era así no tardaría en descubrirlo por que estaba sentado en el sofá con un periódico deportivo entre las manos.

—Ey —dijo el castaño sin alzar la vista.

—Hola ¿algo interesante?

Se dejó caer en el sofá y él la miró sorprendido, al oír los pasos creyó que serían Jérémie u Odd, incluso Sissi o quien demonios fuese, cualquiera menos ella. Su pulso se había acelerado y le costaba pensar con claridad.

—Nada —fue lo único que pudo articular.

—Ah… Ulrich yo…

—¡Ey, Yumi! —William entró en la sala con un móvil en la mano— lleva rato sonando, te lo has olvidado en la habitación.

Miró la pantalla del pequeño aparato negro con sakuras y descolgó al tiempo que se alejaba de los chicos hablando en un japonés perfecto.

—Seguro que es Hajiwara —se sentó donde había estado ella pese a la mirada asesina que le dedicaba el chico—. Tío, estoy muerto de sueño.

Pues lárgate y déjame en paz —pensó Ulrich.

—Está guapa ¿verdad? —no necesitó respuesta, era evidente por como la miraba mientras se acercaba a ellos nuevamente— ¿Ha pasado algo?

—Nada, era Fuuko.

—Genial. Con vuestro permiso me voy a dormir.

—Que descanses Will.

Se acomodó junto a él y cogió el café. El silencio se había instalado entre ellos, era muy incómodo ¿dónde había ido a parar aquella facilidad para sacar tema de conversación?

—¿Qué tal el vuelo? —rompió él el silencio.

—Eterno, pero bastante entretenido.

El silencio volvió.

—¿Cómo…? —hablaron a la vez.

Ambos se miraron y empezaron a reír, al parecer todo empezaba a volver a la normalidad entre ellos.

Continuará

Escrito el 28 de diciembre de 2009

1 comentario:

  1. Buena obra. Si te gusta el tema internacional o buscas alojamiento:

    http://www.spainerasmus.com

    ResponderEliminar